un Aval es un contrato de garantía para cancelación de un préstamo, el cual involucra a una o más personas que haya buscado el deudor para ofrecerse como garante.
Normalmente se requiere un aval si tienes un historial crediticio no muy confiable (posiblemente te encuentres en ASNEF), tienes pocos ingresos o si eres nuevo solicitante.
También se puede solicitar un avalista si tienes otras deudas pendientes o si no cuentas con bienes que respalden tu préstamo.
Lo requisitos dependen de cada financiera con la cual quieras pedir dicho crédito; algunas entidades son flexibles, otras más exigentes.
Si la empresa te solicita un aval, debes asegurarte que esta persona cuente con ingresos seguros, no estar en registro ASNEF, no posea mal record crediticio y que tenga sus bienes sin gravámenes (Eso te lo esplicamos mas en detalle acá)
Ahora, digamos que ya tienes tu aval firmado y te otorgan tu péstamo; pero un tiempo después ya no puedes pagar más tu deuda.
En este punto el avalista se convierte en el deudor y le comienzan a llegar los cobros; recibe correos, cartas o llamadas, a las cuales no puede irgonar, de lo contrario el banco debitará parte de su salario para saldar la deuda.
Ahora, si no tiene efectivo se le pueden embargar sus bienes. Todo esto va en dependencia del acuerdo del contrato( por eso siempre es bueno leer antes de firmar).
Si hay varios avales, la entidad puede cobrar de forma organizada entre ellos, o bien al avalista con mejor ingreso económico; según convenga.
Primeramente se pueden llegar a un acuerdo verbal entre ustedes para que le regreses el dinero que ha gastado; si te niegas a pagarle, tu avalista tiene el derecho legal de llevar el caso a la corte para hacer el cobro por vías legales.
Si, existen entidades más flexibles que pueden brindar un crédito sin aval y pedir otros requisitos para garantizar la cancelación. Y bueno, recuerda que lo hablado es lo entendido, antes de solicitar y firmar debes tener claro todos los puntos a tener en cuenta.
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